FÁBRICA FUTURISTA INCRUSTADA EN UN PAISAJE VERDE

Enclavada con elegancia en las colinas que rodean la ciudad de Tbilisi, la fábrica de café Meama es un espectáculo digno de contemplar. Con una combinación de elementos futuristas pero respetando la forma de las colinas circundantes, la estructura en forma de L presenta muros exteriores de hormigón plegados, paredes acristaladas en ángulo, numerosas claraboyas y atrios así como una impresionante cubierta verde. Todo esto nos lleva a plantear la pregunta: ¿quién dijo que una fábrica debía tener un aspecto gris y apagado?

Fundada en 2016, Meama se ha convertido rápidamente en el mayor productor de café de Georgia. La empresa importa granos de café de alta calidad de todo el mundo para tostarlos y molerlos siguiendo unas meticulosas normas de calidad, lo que da como resultado las mejores mezclas de café. Para garantizar un patrón de sabor constante en sus cápsulas de café de primera calidad, Meama sintió que necesitaba una sede que encajara a la perfección tanto con sus elevados estándares de producción como con los valores de la empresa. En especial querían un lugar único con una fuerte identidad, como su café, además de un espacio de oficinas cómodo e innovador que fuera una fuente constante de inspiración.

El propietario del edificio quería un lugar con una fuerte identidad visual para su marca de café. Uno de los requisitos clave era que el sitio no se pareciera a las instalaciones típicas de una fábrica, sino que se fusionara a la perfección con el paisaje circundante. Para ver su sueño hecho realidad, Meama asignó su idea a las hábiles manos de Giorgi Khmaladze, un joven arquitecto de Georgia. Construida entre 2016 y 2019, la Fábrica de café Meama se ha convertido en una maravilla arquitectónica que alberga instalaciones de fabricación, oficinas y una gran sala de exposición y degustación de café. El edificio, que se extiende sobre un solar de 30 000 metros cuadrados, se ubica junto a la autopista que une Tiflis con su aeropuerto internacional. Los muros plegados en forma de fuelle parecen encapsular por completo el edificio, haciendo rebotar la luz y proyectando curiosas sombras sobre la construcción a lo largo del día. El exterior anguloso de hormigón visto no aporta pistas sobre el aspecto del interior, y los visitantes que no lo conozcan probablemente se sorprenderían al descubrir que el interior del edificio está inundado de luz natural, creada por varios patios de luces y numerosas claraboyas situadas en el edificio. La parte trasera del edificio contrasta con la delantera, ofreciendo una grandiosa vista del pinar y los campos cercanos.

El rasgo definitorio de la Fábrica de café Meama es sin duda su distintiva cubierta verde, que se extiende sobre una superficie de 3 680 metros cuadrados. Totalmente cubierta de hierbas silvestres y accesible al personal de la fábrica, la cubierta verde se integra bien en el paisaje circundante, actuando como una barrera térmica adicional al aislamiento. Como ventaja adicional, la vegetación protege las oficinas de Meama de la contaminación acústica procedente del aeropuerto cercano. La altura de la cubierta ondulada se adapta a las necesidades de los espacios encapsulados, elevándose donde se encuentran la maquinaria y los equipos y descendiendo en los puntos en los que es posible. Cerca de los bordes, la cubierta verde sigue las pendientes del entorno circundante.

Giorgi Khmaladze Architects, un estudio de arquitectura conocido por su intensa atención a la sostenibilidad y el diseño revolucionario, incorporó a la perfección tanto el requisito de la ciudad de que la fábrica se integrara en el paisaje como la necesidad del cliente de una identidad visual distintiva. Khmaladze eligió los materiales principalmente en función de los factores de estética y durabilidad: quería dar al edificio un sentido singular de la geometría que también se acomodara a la naturaleza circundante. Para combinar tanto la estética como la durabilidad, el arquitecto eligió hormigón moldeado en el lugar para la mayor parte del edificio, utilizando una losa reticular unidireccional para crear amplios espacios sin obstrucciones dentro de la estructura. Khmaladze eligió la membrana RubberGard EPDM de Elevate ya que proporcionaba la solución deseada para el techo verde ondulado.

Las membranas monocapa de impermeabilización para cubiertas de EPDM resultan especialmente adecuadas para la instalación de cubiertas verdes. Son extremadamente robustas y duraderas, con una vida útil de más de 50 años. La membrana RubberGard EPDM de Elevate también ha demostrado su resistencia a la penetración de raíces, cumpliendo con éxito los requisitos de la norma EN 13948 y la prueba de resistencia a la penetración de raíces de la Sociedad Alemana de Investigación, Desarrollo y Construcción Paisajística (FLL). Estos atributos, junto con su libertad de diseño, versatilidad y facilidad de instalación contribuyeron aún más a que Meama eligiera RubberGard EPDM para la cubierta de su sede. La experiencia de la empresa contratista y el apoyo de los representantes locales de Elevate fueron factores que contribuyeron a la elección de la membrana. En total, se utilizaron unos 6.500 m² de membrana RubberGard EPDM de 1,1 mm de espesor.

En 2019, la Fábrica de Café Meama fue galardonada con el gran premio de los Archdaily & Strelka Awards en la categoría de «Mejor edificio industrial». También fue la ganadora por elección popular en la categoría «Comercial - Oficinas - Baja altura (1-4 plantas)» de los Architizer A+Awards 2020, el mayor programa de premios de arquitectura del mundo, que reconoce los proyectos y productos innovadores tanto de los líderes del sector de renombre como de los talentos emergentes.